La inactividad de las
Naciones Unidas en el conflicto de Siria ha sido y sigue siendo
reprochable,sin dejar de lado al Consejo de Seguridad por haber sido incapaz de
adoptar medidas eficaces para impedir el agravamiento de la situación y permitir una solución que detenga la
violencia y las graves vulneraciones de los derechos humanos, entre las que se
encuentran el privar de alimentos y medicinas a la población civil que muere
por miles, a causa de las enfermedades y la inanición, provocado por el embargo
establecido por Bashar Asad,
El caso de Siria está siendo un ejemplo de la subordinación del Consejo a las exigencias
geoestratégicas . Desde que comenzó la crisis, el desacuerdo entre sus miembros
permanentes estuvo impidiendo la adopción de resoluciones. En octubre de 2011
se presentó un proyecto de Resolución, patrocinado por Alemania, Francia,
Portugal y Reino Unido, en el cual, tras condenar las violaciones graves y
sistemáticas de los derechos humanos y el uso de la fuerza contra civiles, se
exigía a las autoridades sirias que pusieran fin de inmediato a tal situación.
En una primera iniciativa , presentada en junio del año pasado, se preveía un
embargo de armas y se incluía la recomendación de la Alta Comisionada de las NN
UU para los Derechos Humanos de remitir la represión ejercida por el gobierno
sirio a la Corte Penal Internacional, pero para evitar un posible veto, la
iniciativa definitiva se suavizó,
de forma que el texto no contemplaba la adopción de sanciones, sin embargo, el proyecto fue vetado por Rusia y China.
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